Nuestro sistema inmunológico se entrena cada día y se hace más fuerte ante las infecciones, salvo que estas sean muy peligrosas o que el sistema inmunológico esté muy débil por estrés, enfermedades o por falta de alimentos.
Al crecer nuestro sistema se va perfeccionando y somos más resistentes, en teoría porque la vida que llevas puede hacerte más débil: si comes mal, tienes estrés, duermes poco y/o entrenas demasiado.Si te identificas con los síntomas, empieza a trabajar antes de que llegue la estación fría para mimar a tus defensas.
1. Sigue una dieta equilibrada. El sistema inmune necesita un aporte adecuado de vitaminas y minerales para funciones correctamente.
2. Mantén el peso adecuado. Los extremos acaban con el sistema inmune, tanto si sobran como si faltan kilos, si no dispones de las calorías suficientes cada día o si te sobra grasa, las células no funcionan correctamente.
3. Evita las dietas rápidas. Las dietas “milagrosas” o las pérdidas de peso rápidas por motivos diversos (un problema, estrés, un “finde” loco, etc.) alteran el sistema inmunológico y lo dejan sin energía para defenderse.
4. Controla tus “ansias deportivas”. Si entrenas en exceso, si sientes agotamiento, cansancio, falta de energía, etc. te fallan las defensas y se abre un agujero en tus defensas por el que entran las infecciones. En cambio si practicas ejercicio de forma habitual, adaptándote a tu nivel, edad y cambios en la vida, tus defensas se hacen fuertes.
5. Pon un ajo en tu vida. La fama antivampiros del ajo empieza por su capacidad para eliminar bacterias, virus y hongos, de ahí su nombre de “antibiótico natural”. Aunque el aliento no te lo agradezca, a tus pulmones les viene muy bien los compuestos azufrados que desprende.
6. Busca el “aire libre”. Intentan hacer ejercicio al aire libre, donde tus pulmones se pueden oxigenar y se limpian. Evita hacer deporte en ciudades contaminadas o en gimnasios donde se acumulan muchas personas que pueden ser una fuente de infecciones.
7. Lávate las manos frecuentemente. Una medida de higiene tan básica que se aprende en la guardería, es la forma más eficaz de prevenir las infecciones. Las manos tocan todo y los agentes patógenos “cogen” el tren entre sus pliegues y son transportados hasta la boca, a los alimentos que comemos, la ropa, etc. con facilidad.
8. Frótate cada día. Aprovecha cada mañana para cepillarte la piel con una esponja de lufa o un cepillo que ayuda a eliminar las células muertas y a eliminar las toxinas. Después acaba la ducha con agua fría para estimular la circulación y acostumbrarte al frío, haciéndote más resistente a los cambios de temperatura.
9. Evita tocarte la cara con las manos sucias. Por la misma razón que la anterior, deja tu nariz, boca, ojos y orejas quietas, pues son las puertas a tu interior.
10. Vacúnate si estás en riesgo. Las vacunas para protegerte de la gripe son adecuadas para laspersonas con defensas bajas.
11. Corta por lo sano. Cuando notes los primeros síntomas de infección empieza a cuidarte inmediatamente. El mejor remedio es meterse en la cama en cuanto llegues a casa y empezar a tomar zumo de limón, agua y miel. También puedes aumentar la dosis de vitamina C a entre 500 mg y 1 mg al día y la de zinc de 20 a 40 mg al día.
12. Duerme tus horas. Cada persona necesita dormir unas horas al día, normalmente entre 6 y 8 horas, respeta el tiempo del sueño pues algunas de las células de defensa se producen durante el descanso. Una de las formas más fáciles de prevenir una infección es dormir más. Cuando ya has caído enfermo, es el cuerpo el que pide descanso para recuperarse.
13. Utiliza la cabeza cuando entrenes el cuerpo. No intentes seguir el entrenamiento de Maurice Green para hacer el récord del mundo en los 100 m, si sólo puedes correr en los ratos que te quedan entre el trabajo, familia, amigos y ocio. Busca un plan de entrenamiento compatible con tu vida para mejorar tus marcas y no lleves al cuerpo al límite de lo imposible.
14. Controla el alcohol. Una copita de vino tinto al día parece ser un buen remedio para mantenerse sano, pero el alcohol debe tomarse con moderación, vamos que las copas del fin de semana no son un buen desinfectante para tus tejidos.
15. Pon un yogur en tu vida. No te hace falta gastar mucho dinero en productos para tus defensas, el yogur natural de toda la vida, preferentemente biológico, contiene millones de bacterias que ayudan a mantener la flora intestinal y te mantienen a salvo de las infecciones.
¿BAJAN MIS DEFENSAS DESPUÉS DE CORRER?
Es muy corriente entre las personas corredoras que presenten infecciones de vías respiratorias altas (faringitis, laringitis, anginas, etc.) el día después de hacer series o de correr una carrera muy larga como un maratón. Se produce porque el esfuerzo intenso abre una ventana a la infección durante dos o tres horas después, por lo que es muy importante que nada más acabar la serie o carrera nos abriguemos muy bien para estirar y no perdamos tiempo de charla. Nada mejor que una ducha y una sopita caliente si hace frío.
¿QUÉ DEPORTE AUMENTA MIS DEFENSAS?
Karate, judo, defensa personal, kick boxing… je, je. Bromas aparte no hay un deporte perfecto, pero casi todos los estudios se han hecho con personas corredoras. En uno de ellos se comprobó que hasta un 61% de los corredores populares presentaban menos resfriados desde que habían empezado a correr. Hay otros estudios hechos con nadadores y ciclistas profesionales, que han comprobado lo contrario: son más propensos a infecciones, pero no te olvides de que son atletas de elite y es difícil extrapolar sus resultados a tu nivel popular. Seguro que tú entrenas menos tiempo y más relajado que los que han ido a las Olimpiadas por lo que tus defensas salen ganando.
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